miércoles, 22 de enero de 2014

Una tetera para cada té




Es conveniente reservar una tetera para cada tipo de té, una para el té negro, una para el ahumado, una para el té aromatizado y una para el verde.
 
 Ya que se forma una capa de posos en la tetera que aporta un cierto aroma.

Las teteras de estaño, hierro colado, plata y terracota son muy indicadas para los tés fuertes como los de Ceilán, Africa y Assam.
 
La porcelana es excelente para los tés más ligeros como los Darjeelings, Oolongs y tés verdes.

La tetera no se debe lavar en el lavavajillas ni fregar con agua y jabón. Hay que vaciarla, aclararla con agua limpia y colocarla boca abajo para que escurra.
 
Se puede secar por fuera pero no por dentro. Para eliminar el tanino de una tetera vidriada, de plata o de vidrio, se llena con una solución de dos cucharadas de bicarbonato de sosa y se deja toda la noche. 
 
Por la mañana se vacía, se aclara bien y se deja secar.
En el caso de las teteras de terracota, no hay que lavar nunca el interior.

Con el uso se forma una capa que resulta vital para el éxito de la infusión.

 No las ponga directamente en el fuego, caliente agua aparte y vierta un poco en la tetera para que esta se temple (asi evitamos que se pueda rajar al pasar demasiado deprisa de frio a muy caliente), después tire el agua, y proceda a llenarla con el agua con la que preparará la infusión. 

- No deje las hojas de té durante periodos muy largos en la tetera.
- Nunca vierta en la tetera sal o aceite.

En la mayoría de los modelos figuran la capacidad y las dimensiones, pues las fotos pueden dar lugar a malinterpretaciones en cuanto al tamaño. 
 

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